Eran todas imágenes en una continuidad hipnótica
Lloraban las hojas otoñales, marrones, en trajina incesable.
Apagaste el volumen. MUTE.
Encimas llegaron a tu olfato, libidinales.
Una pulsión obsesiva en medio de la película miraste por el agujero de la cerradura del baño de mujeres.
No te diste cuenta, y sobre tu cabeza una cámara en rec.
El riesgo te marcaba un pelo de gallina.
Transparentes gotas cayeron de tus ojos.
Transitorio en tu nuca y caíste al suelo.
Traje azul y placa en el pecho interrogante dispara.
Mentiste de la existencia de dios.
De la hegemonía del mundo
De la efimeridad de una rosa en el mar.
sábado, 18 de octubre de 2008
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