sábado, 18 de octubre de 2008

Eran todas imágenes en una continuidad hipnótica
Lloraban las hojas otoñales, marrones, en trajina incesable.
Apagaste el volumen. MUTE.
Encimas llegaron a tu olfato, libidinales.
Una pulsión obsesiva en medio de la película miraste por el agujero de la cerradura del baño de mujeres.
No te diste cuenta, y sobre tu cabeza una cámara en rec.
El riesgo te marcaba un pelo de gallina.
Transparentes gotas cayeron de tus ojos.
Transitorio en tu nuca y caíste al suelo.

Traje azul y placa en el pecho interrogante dispara.
Mentiste de la existencia de dios.
De la hegemonía del mundo
De la efimeridad de una rosa en el mar.

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